miércoles, 27 de octubre de 2010

Jugar

Jugar, jugar, jugar…. En tiempos de crisis económica, política, social, con tanta gente sin empleo, con tanta gente sin algo qué hacer, con tanta frustración, tantos problemas, las casas de apuestas son una excelente opción para ellos. Para ellas también, ya que se considera que casi el 70% de asistentes a las casas de juego son mujeres. Miles de personas han perdido propiedades, han dejado casi la vida en el juego. Algunas personas sí han dejado la vida en ello. Esta situación no es nueva. La magnífica obra de Dostoievsky, El jugador, da cuenta de ludopatía desde la Rusia zarista. Y desde antes, los juegos de azar están documentados desde hace mas de mil años antes de la llegada del cristianismo.
Monterrey no se puede quedar atrás.
Las primeras casas de juego “legales” fueron instaladas por Jorge Hank Rohn, quien en 2007 reportó ingresos anuales por 7 mil millones de pesos. Actualmente no hay claridad en la legislación al respecto, motivo por el cual han proliferado. En el documento Aspectos fiscales de los juegos de azar en México, publicado en 2009 por la UNAM a cargo de José Miguel Erreguerena Albaitero, se da cuenta de las obligaciones que por ley tienen las 23 empresas operadoras de juegos con apuestas y sorteos, para la apertura de 3 frontones, 9 galgódromos, 6 hipódromos, 351 centros de apuestas remotas y 327 salas de sorteos de números. El otorgamiento de dichos permisos se ha materializado en la entrada en operación de 1 frontón, 3 galgódromos, 1 hipódromo, 163 centros de apuestas remotas y 105 salas de sorteos de números. Mas las que se autoricen durante ese año y el presente. Tal vez sería bueno hacer algún documento acerca de los aspectos psicológicos y sociales de los juegos de azar. O un documento sobre las ganacias estratosféricas de las casas de juego en México.
A la fecha, en nuestra ciudad existen varios casinos instalados de manera “legal”. Los nombres son atractivos, están situados en lugares estratégicos: centros comerciales, calles de fácil acceso, lugares con toques de lujo y derroche. Atentos valets-parking, croupieres ataviados con una falsa elegancia, guardias y gritones aparentemente bien vestidos y bien peinados, invitan al despilfarro. Comida y bebida gratis a los habituées. Y por supuesto, están también las aproximadamente 300 “loterías” ilegales: El Cantarito es una de ellas. Estas están protegidas por sendos amparos federales. De vez en cuando la autoridad les da un sustito y en la prensa pasan los videos de las señoras corriendo, tratando de taparse la cara con las tablas que personalmente confeccionaron con las barajas que les dan más suerte. Son parte de los amuletos y rituales para atraerla. En los mercados que ruedan por toda la ciudad y su zona metropolitana, se cuenta al menos con dos establecimientos donde se juega lotería para ganar alimentos, limpiadores, escobas o trapeadores, las amas de casa apuestan a ganar. Cuando menos se divierten jugando dinero y ganando cajas de galletas.
¿Qué hay de malo en pasar un agradable rato jugando a la lotería, a las maquinitas, apostar dinero? En teoría nada de malo hay en ello, un rato de diversión, la oportunidad de ganar dinero fácil y rápido. Pero la cosa no es tan simple. Jugar implica impregnarse de adrenalina, sentir el placer correr por las venas: “estoy a punto de ganar”, lo cual se puede convertir en “estuve a punto de ganar” o “gané”.
En las leyes de probabilidades está la respuesta. El efecto que produce en quienes juegan genera compulsión, la cual se puede convertir en adicción y el resultado es una persona que depende del juego para mantener cierto nivel de satisfacción-esperanza-frustración-cruda moral-optimismo-pérdida de control-depresión-algarabía-ideas de suicidio-éxtasis-culpabilidad-correr riesgos-impulsividad-decir mentiras-emoción-megalomanía-placer. Las consecuencias en la vida de quien juega compulsivamente pueden ser muchas, y afectan la esfera social, biológica y psicológica.
El juego hoy no solo consiste en un juego real, como las maquinitas o el juego de números, ni un juego remoto, como apostar a carreras de caballos o un juego de futbol o de béisbol que están sucediendo en otra ciudad o en otro país, sino una modalidad es el juego virtual. Las apuestas por Internet proliferan, y para un amplio sector social, confeccionar granjitas, sembrar elotes o cuidar vacas, organizar un restaurante, preparar platillos, cuidar mascotas, limpiar acuarios, combatir policías convirtiéndote en un mafioso, jugar a carritos en una ciudad, convertirte en un caballero medieval, en fin… gracias a la magia del software gratuito, muchas personas hoy se ven atrapadas frente a la pantalla de una computadora.
Que tiene ventajas didácticas ni duda cabe, planear y organizar los tiempos de sembrar-cosechar, calcular los precios de las casas, los adornos, aprender a valorar la colaboración del otro o de la otra para progresar en la granja, solidarizarte y ayudar a tus vecinos de granja, como dice el comercial, no tiene precio, pero una señora a quien no conozco, maneja al menos siete granjas sembrando toda clase de verduras y frutas, preparando pan, vinos y perfumería virtual que vende y compra ella misma, ya que en una granja hace pan y en la otra lo compra. Me platicó que tiene una oficina para organizarse, porque sembrar en siete diferentes terrenos y estar al tanto de los tiempos de levantar la cosecha tiene su chiste, ya que de no levantarlo a tiempo, se pierde la cosecha. Es una mujer deprimida que –me confesó- no tiene vida sexual activa y sí en cambio cinco intentos de suicidio. El último intento fue planeado meticulosamente, hasta dejó de sembrar para que no se fuera a perder la cosecha, decidió a última hora no matarse porque su cuñada falleció ese día y aunque suene cómico, dijo que nadie le haría caso si lo intentaba. Dice que ha bajado de peso considerablemente, porque no come por estar jugando. Toma café y fuma. Pero que no mucho, nomás una cajetilla diaria. Que nadie le pone atención y que ella a nadie le hace daño jugando. Que le gusta muchísimo levantar cosechas y sembrar cosas útiles. Útiles porque le servirán en las otras granjas, así el trigo servirá a los que tienen panadería y las uvas a los vinateros, etc. Dice que tiene amigas en Argenitina, en Paraguay y en Costa Rica, todas ellas sembradoras del Farmville, que no le gusta que no le compren sus productos porque entonces ella no les compra, que no le gusta que los coyotes, nombre que les da a quienes se aprovechan de su siembra para ganar premios, se cuelguen de su sembradío, y los da de baja del Facebook si osan hacerlo. Tiene dos hijas profesionistas que se dedican a ramas de la salud. Tiene un marido de quien ella dice que es un santo porque la aguanta con todas sus manías y lo que ella da en llamar bipolaridad, como está de moda el término suena chic.
¿Cuánta gente está atrapada en su propia casa jugando? ¿cuánta gente está atrapada en el juego de casinos y loterías? ¿cuánta gente ha perdido sus bienes? ¿cuánta gente ha roto lazos familiares por el juego? Mucha. Mucha gente que está sola, que está deprimida, que prefiere jugar porque es aparentemente inocuo, cuánta gente no tiene atención y sí está desarrollando enfermedades mentales por el simple hecho de estar jugando? En una esperanza cifrada en tengo una corazonada, hoy, voy a ganar, pueden vender propiedades, empeñar objetos, rematar hasta la ropa que traen puesta, con tal de continuar jugando.
Quienes ven jugando a sus familiares inocentemente en las granjitas no se dan cuenta que poco a poco se van distanciando y que las vacas y sembrar arroz virtualmente, empiezan a ser mas importante que el afecto que se puedan prodigar. Aparentemente el problema no representa un porcentaje significativo para el sector salud, ya que es de una sutileza que va socavando paulatinamente el equilibrio de las personas, de las familias. . No se han percatado de que pian-pianito se va perfilando un problema social que en poco tiempo atrapará a un amplio sector de la sociedad, y quienes hoy hacen caso omiso a las voces de alerta, obstinados en beneficiar con el otorgamiento de permisos para abrir más y más casinos, mañana se lamentarán de cifras escalofriantes de ludópatas a quienes tendrá que atender, si no el sector salud, sí alguna clínica especializada en ese mal.
Estudios de universidades gringas que todo les encanta investigar aseguran que la sensación que provoca ganar en el juego equivale bioquímicamente al efecto que produce la cocaína. De ahí la adicción.
Quienes juegan insisten: cuando quiera lo dejo.

Sí, cómo no.

jueves, 9 de septiembre de 2010

arriba las manos!


arriba las manos!
Cargado originalmente por mafafa
esta fotografía, de 2007, cuando llegó el ejército a Nuevo León.. ahora ya no sabemos como echarlos de aquí....

couture


couture
Cargado originalmente por mafafa

La historia no oficial

Turbio fondeadero donde van a recalar
barcos que en el muelle para siempre han de quedar
sombras que se alargan en la noche del dolor
náufragos del mundo que han perdido el corazón…*


Me pregunto si aún queda alguien que no esté convencido de que ya nos llevó la fregada. ¿aún hay alguien inocente? Habrá ingenuos, habrá ignorantes, hasta creo que haya quienes dicen y se escudan en el yo no sé… pero, hoy por hoy, niños, niñas, hombres, mujeres, jóvenes, gente de mediana edad, viejos y viejas, ricos, clasemedieros y pobres, todos, estamos convencidos de que esta guerra no tiene sentido.
Y aunque muchas personas dedicadas al oficio del periodismo han decidido cambiar de tema, han decidido callar, porque les han obligado a callar las circunstancias, es imprescindible dejar constancia de lo que ocurre, la historia no la van a venir a construir los historiadores oficiales, no nos van a llenar de embustes la buchaca, y aunque cada vez sean menos las voces que se atreven a criticar o a denunciar, no debemos entrar en el mutismo ni en la agachonería.
Las noticias se suceden una tras otra a veces sin que podamos identificar si los muertos de hoy son los mismos que mencionaron ayer o son otros. Cada día hay mas y mas muertos, diré como Vallejo, cuando cuenta cómo pasaban los cadáveres por el río Magdalena con las aves carroñeras sobre ellos: no tiene fin este moridero.
Apenas el domingo el ejército mexicano –de quien un par de jóvenes racistas regios dijeron: mejor vamos a devolverlos a trabajar a La Michoacana- mató despiadadamente y aceptó que por error, a dos miembros de una familia. Tres muertos aquí, dos allá, mas de setenta en San Fernando, Tamaulipas. Unos de aquí y otros de más allá, les tocó a migrantes centroamericanos, ni modo. Y creo que son pocos. El negocio de las drogas, poniendo el ejemplo a los empresarios capitalistas neoliberales, se expande continuamente a otras ramas, es semejante a una metástasis: invade todo. Y entre los muertos matados por el narcoterrorismo, no se distingue ya si fue el ejército o quien, o quienes, eso ya es lo de menos.
Uno de los últimos muertos fue el ingeniero de Pemex en la refinería de Cadereyta, quien en un sospechoso accidente –una explosión-, pierde la vida en una supuesta fuga de hidrógeno. Mientras El Universal dice que Pemex reporta al menos siete muertos, en noticias locales dicen que fue un muerto y diez heridos.
En el periódico Los Angeles Times, el pasado 6 de septiembre, Tracy Wilkinson, en un amplio reportaje, da cuenta de una problemática presente en la cuenca de Burgos donde el narcoterrorismo y la narcoviolencia han impedido obras de exploración y extracción de gas y crudo. En mayo fueron secuestrados cinco trabajadores petroleros y otras treinta personas a la fecha están desaparecidas. Parece que los gringos saben mucho más que nosotros en materia de información. En CNN entrevistaron ayer a Alan García, presidente de Perú, donde hizo notar la crueldad de los sicarios en México. El, al igual que el presidente del Salvador, Mauricio Funes y de Hillary Clinton, están cuestionando la efectividad de la guerra emprendida contra el narco.
Tal vez la decisión de no informar, de mal informar o de desinformar sea el sino de la política calderonista, hoy por hoy, es necesario recurrir a la prensa internacional para saber qué es lo que está ocurriendo en nuestro propio estado, en nuestra ciudad.




Cadereyta ya no es un pueblo escobero, ni de locos…

Cadereyta es considerada como zona de vida cara, debido al establecimiento de la Refinería de Pemex, motivo por el cual quienes ahí trabajan reciben mas salarios mínimos que quienes trabajamos en otras zonas del país. La vida ahí sí es mas cara. A pesar de estar a menos de 50 kilómetros de la capital del estado, la telefonía es de larga distancia. El transporte es costoso. Uno de los negocios mas jugosos es la construcción de pequeñas casas o cuartos aledaños a las casas pueblerinas para rentarlas a los miles de trabajadores empleados de PEMEX.

Una amiga mía que trabajó en el sector educativo en ese municipio, describe los rangos jerárquicos de los trabajadores de la paraestatal, de acuerdo al color de su casco, ya que la vestimenta es semejante para todos, hombres y mujeres usan el uniforme color caqui. Ella decía que convenía más fijarse en hombres de casco blanco, que son los ingenieros. Población flotante para el municipio. Los contratos son esporádicos, la forma de otorgarlos es mediante pago de coima a los coyotes del sindicato.

Los pobladores originarios del municipio añoran el tiempo en que se podían sentar en la orilla de la calle con sus mecedoras al atardecer a tomar el fresco. Eran tiempos de paz, eran tiempos de tranquilidad. Apenas llegó Pemex y dicen que pasaban los trabajadores de la empresa y se burlaban de ellos por estar sentados en las banquetas, los tildaron de rancheros y los rancheros dejaron de salir a tomar el fresco.

Llegaron los asaltos, los borrachos y la prostitución. La vida tranquila de los columpios en la plaza fue sustituida por un tráfico espeso, tuvieron que instalar semáforos que anteriormente no había e iniciaron todo tipo de negocios para la floreciente sociedad petrolera: restaurantes con comida estilo Veracruz, estilo Tabasco, estilo Tamaulipas, que así se anuncian, ofreciendo cocina semejante a los lugares de origen de los trabajadores, bares, dancing clubes, bancos, escuelas privadas, hospitales, consultorios médicos, lavaderos de automóviles, tiendas de ropa, zapaterías, en fin, todo tipo de negocios propios de una comunidad rica.

Los fraccionamientos se han reproducido como hongos en temporada de lluvias. Hay una empresa que entrega la casa SIN ENGANCHE, miles de familias han contratado la compra de casas, las que en menos de un año son abandonadas por carecer de sueldos fijos para pagar las mensualidades. Llegaron los levantones y las desapariciones. Al líder sindical de Pemex se lo llevaron hace casi cinco años. Nadie sabe de él. Se podrían contar cientos de situaciones de secuestros con ese tono todavía pueblerino de los habitantes. Todavía se asombran y están muy asustados, ahora el miedo lo comparten los habitantes originarios del pueblo y los que llegaron de otros estados.
Y paulatinamente nos iremos callando, sin remedio.
¿Apoco no nos llevó ya la fregada?


*Nieblas del Riachuelo,Tango de Enrique Cadicamo.
Musica de Juan Carlos Cobian.
Compuesto en 1937.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Instructivo para desaparecer una licenciatura

En la Universidad Pedagógica Nacional, escuela que se ha caracterizado por ser vanguardista, por contar en sus planes de estudio con materiales producto de investigaciones, de teóricos renombrados y progresistas, de gente con un espíritu critico y que pretende hacer valer el lema de la institución: Educar para transformar…..
La Universidad Pedagógica Nacional nació por decreto presidencial, con Miguel de la Madrid, y fue la respuesta que dio el estado a la necesidad de contar con profesores y profesoras con grado de licenciatura. Los planes de estudio de las Escuelas Normales, formadoras de docentes, se habían rediseñado y era necesario nivelar a quienes habían egresado antes. La credencialización ya estaba en su apogeo.
La Universidad ofreció inicialmente una Licenciatura en Educación, plan 79, ya entonces ofreciendo a los docentes propuestas bibliográficas como las teorías de Piaget y de Vigotsky, que en esos años, en México, eran muy novedosas, implementaciones didácticas en áreas de matemáticas, de español, enseñanza de las ciencias, materias fundamentales para la educación básica y firmadas por personajes como Monserrat Moreno y Emilia Ferreiro. En 1985, se implementaron otras dos licenciatura, la Licenciatura en educación preescolar y la Licenciatura en educación primaria. Siempre tratando de ofrecer lo mas nuevo en materia de teoría pedagógica, de metodología, de didáctica, de evaluación de los aprendizajes, evaluación institucional. Así, los últimos diseños curriculares se realizaron en 1994. Siempre ofreciendo una licenciatura mas desarrollada, mas acorde a los cambios sociales, políticos, a los desarrollos teóricos en materia educativa.
La matrícula de las diferentes unidades UPN en el país empezó a declinar, ya que se fueron cubriendo las necesidades del magisterio. Entonces se dio paso a las maestrías, y de nuevo los diseños curriculares corrieron a cargo de expertos en esa materia, y de docentes de las diferentes unidades supervisados o asesorados por esos expertos.
En este nuevo siglo, a pesar de estar ya ofreciendo el nivel educativo de doctorado en algunas unidades UPN, de nuevo la matrícula va decreciendo, motivo por el cual, después de hacer un diagnóstico de necesidades, se decide diseñar una Licenciatura en Intervención Educativa, para egresados de bachilleres, lo cual no se había experimentado en muchas unidades, y esta Licenciatura responde a las necesidades sociales actuales: tienen un perfil con características que se amoldan a las comunidades analfabetas, a las grandes masas que requieren comprensión y apoyo para emprender proyectos productivos, a los grupos sociales de excluidos o marginados por distintas causas: pobreza, falta de recursos educativos, diferencias étnicas o con distintas discapacidades, a los grupos de adultos mayores que necesitan proyectos ocupacionales, a los grupos de jóvenes o adultos con necesidades educativas, a los cada vez mayores grupos de madres que requieren atención educativa para sus hijos e hijas en edades muy tempranas.
Pero este perfil no corresponde con lo que las políticas neoliberales definen. Las políticas neoliberales no necesitan profesionales de la educación que creen proyectos productivos, ni campañas alfabetizadoras, ni grupos de acompañamiento a familias de personas con discapacidad, mucho menos a quienes diseñen proyectos de intervención educativa que apoye a los marginados ni a los segregados de la escuela.
La normativa neoliberal necesita obreros que trabajen en las maquiladoras, no gente pensante que intenta comprender los cambios sociales, las dificultades de las familias ante la falta de empleo, las políticas neoliberales quieren gente desempleada para que la oferta laboral sea cada vez menos bien pagada, para que quienes necesitan el trabajo se conformen con lo que sea, porque si no aceptan el trabajo a un pago bajísimo, otro lo aceptará. Total, lo que sobra es gente desempleada.
En este tenor, el eficientismo de las autoridades de la UPN a nivel nacional, decidieron que es un gasto inútil estar preparando a estos profesionales, que hay que cerrar la Licenciatura. Muchas unidades en el país decidieron que no cierran, ya que hay demanda educativa, y esta licenciatura responde a las necesidades sociales. Y se negaron a cerrarla. Y directivos, el profesorado y el alumnado se proclamaron en contra de cerrarla. Y continúan trabajando. Tal vez sus días estén contados, eso depende de la fuerza de las autoridades, de la forma en que presionen para cerrarla, por ejemplo, amenazando con restricciones presupuestales. También depende de la demanda y de la fuerza que tengan tanto el estudiantado como el profesorado.
En Nuevo León, las autoridades de la SE, al enterarse de la intención de la rectoría de la UPN, con ese afán instrumentalista y neoliberal que les caracteriza, inmediatamente dijeron: sí, cierren.
El profesorado no ha estado de acuerdo con el cierre, han solicitado explicaciones a las autoridades tanto de la SE como de la propia Unidad UPN, pero se han encontrado con maniobras sucias, ya que han hecho acciones dilatorias, han hecho acciones de simulación: lanzaron la convocatoria por la prensa local a inscripciones de la licenciatura, pero cuando las personas llamaban o acudían a solicitar informes, les anotaban en una lista de espera. Espera que aún están haciendo, porque nunca planearon ni organizaron ese primer semestre: las cargas académicas se repartieron en los otros programas educativos que tiene la escuela, pero a nadie pidieron opinión, ni al profesorado ni a quienes querían ingresar. La decisión se dejó en manos de la desidia, de la maniobra de dejar pasar el tiempo sin dar la cara en una toma de decisiones. Hacer como que hago, pero me hago loco.
Y los ingredientes están completos: personas a cargo de la escuela sin capacidad de toma de decisiones, sin entereza ética para dar la cara en un cierre de una licenciatura que, no solo es necesaria sino que además, es oportuna en la atención a necesidades educativas y formativas de la población, funcionarios de nuestros gobiernos neoliberales a quienes importa un pepino el futuro de este país, y la desigualdad de fuerza entre los que están en el poder y los académicos y académicas pensantes de una escuela que aparentemente está cavando su fosa día a día.
En el hoyo y cavando.

viernes, 30 de julio de 2010

Mundo de Bizarro

Como en la gran historieta de uno de los superhéroes, nuestra realidad hoy parece el Mundo de Bizarro.
Bizarro crea un mundo paralelo al de Superman, donde él pueda ser poderoso, pero la tierra creada es cúbica. Este mundo es imperfecto porque no se puede hacer un paralelo de la realidad idéntico. Cuando Bizarro crea clones de los otros personajes, éstos, deformes, acaban repudiándolo y quieren destruirlo. Se esconde tras la persona de Clark Kent e intenta casarse con Luisa Lane, quien a su vez decide clonarse para que sea su clon quien ame al villano.
Un mundo paralelo es lo que mejor define lo que hoy vivimos. Por un lado, todo el horror del narcoterrorismo y, aunado a esto, la destrucción de la ciudad. Por otro lado, nuestra acendrada costumbre del doble discurso, la doble vida, la doble moral.
Se nos ocurrió ir a cenar unos tacos a un lugar por el Contry. Las familias ahí reunidas conversaban amigablemente, comían, disfrutaban del lugar y el momento. Los temas: las vacaciones, las idas a McAllen, la posibilidad de organizar una fiesta era lo que unos jóvenes conversaban: “o sea, güe.… que si vamos a llevar la enchiladera o, psss, no te decides de los tacos de trompo, güe…”. A gritos.
A menos de 50 metros de ahí, el puente que comunicaba la avenida Revolución con Las Américas está destrozado. Todo parecía normal, natural, como un cuentecito. Como en un programa de televisión. Querían aparentar que estábamos en Dean & Deluca. A menos de un kilómetro de distancia, la gente aun vive en la calle porque sus viviendas se las llevó el río La Silla.
Cuidando las proporciones, me daba la impresión de las escenas de películas hollywoodenses donde los jerarcas del ejército alemán se divierten en el cabaret con mujeres sofisticadas fumando con pitillos de oro, todo glamour y lujo, comida y bebida en exceso, mientras los bombardeos afuera se escuchan y hacen tintinear los candiles. Y toda la gente con cara de que no importa la destrucción afuera.
Así estábamos ahí. A nadie parece importarle que la ciudad esté en ruinas, que la gente no tenga qué comer o dónde dormir, es SU problema. Pues qué bárbaros, ¿a quién se le ocurre irse a vivir al cerro o a la orilla del río?
Es un mundo paralelo el de la debacle, eso no es vivir bonito, eso es pura negatividad, hay que gozar la vida y hoy mismo. Hay que negar y negarnos a nosotros mismos que como dice el refrán, el agua ya nos llegó a los aparejos, literal y simbólicamente. Tenemos nuestro mundo paralelo creado (y aparentemente también es cúbico): vemos las cicatrices en calles, casas, cerros, avenidas, pero nuestra doble moral nos indica que debemos hacer como que no las vemos, mejor no hablamos de ellas.

Para los daños incalculables: trabajo temporal por 45 días, despensas y bonos por diez mil pesos por familia, postergación de pagos de impuestos, dineros del FONDEN miserables y a cuentagotas.
Para los granadazos y masacres: renta de traileres con refrigeración para guardar cadáveres, compra de mas armamento y recrudecimiento del narco ahora convertido en terrorista.
Para ignorar el secuestro y muerte de civiles, periodistas, inocentes: la censura, la cerrazón y el aniquilamiento de la sociedad civil.

¿Que ahora somos testigos de debacles y masacres? ¡Qué importa! vamos a comernos unos tacos con los Migueles y, como dijo Scarlett O´hara: después de todo, mañana será otro día.

jueves, 29 de julio de 2010

Nostalgia

Esto, tengo que escribirlo...
Lo que voy a contar era hace muchos, muchos años, cuando solo eramos capitalistas, tercermundistas, clasemedieros, aspirantes al progreso, cuando no eramos neoliberales ni habiamos entrado a la globalización.
La gente hacía su ropa. Cosía. Las máquinas de coser eran muy cotizadas, las telas eran hermosas, las tiendas vendían patrones mcalls o simplicity, existían unos libros enormes donde elegías tu patron y buscabas en un archivero donde estaban todos y cada uno de los anunciados en los librotes.
Ademas, existian las modistas, que te confeccionaban tu ropa a tu gusto, de tu talla.
Aunque aun hay quienes deciden coser o mandar hacer su ropa, la llegada de las maquiladoras dio paso a la sobreoferta de prendas, de tal manera que por cantidades risibles puedes comprar cuanta ropa quieras.
Además, en nuestra ciudad se venden prendas de segunda mano o de baja calidad, o saldos de tiendas norteamericanas, así que podemos traer vestidos de diseñador/a por cantidades nimias.
Calvin Klein, Anne Klein, tiendas como Gap, Banana Republic, Hollister, Mauricio, solo por mencionar algunas, abaratan la ropa ridículamente.
En fin, a mi siempre me ha gustado coser, y si había dejado de hacerlo fue`por varias razones: la primera, que a mi hija los vestidos que le confeccionaba, le daban calor, le calaban.
Otra razón fue que me dediqué a trabajar para sobrevivir y no tuve ni máquina ni tiempo para hacerlo.
La otra razón fue que está a mi alcance la posibilidad de comprar la ropa en mcallen o en algún lado americano, así como comprar esas ropas de saldo. Llegue a traer una blusa de Paul Gaultier, que me había costado algo así como tres dolares.
Ahora que puedo volver a coser, que tengo una máquina que también adquirí a precio risible, me encuentro con que ya ni venden patrones en mi ciudad, y que las telas son horribles y calurientas, que los materiales para elaborar manualidades están prefabricados, pre ensamblados, están hechos en serie y son de pésimo gusto, corrientes, chafos.
Hoy pasé por la tienda El Niágara, que si mal no recuerdo es de los Dieck, una familia árabe que se asentó en la localidad y que nos proveían de cuanto hilo, liston, zipper o botón necesitáramos. Atienden aun dos mujeres a quienes reconocí después de mas de veinte años de no ir a esa tienda. Están avejentadas, limpias, pulcras, una de ellas tiene un movimiento involuntario de su cabeza, luce delgada, cabello cano muy bien peinadita. La otra sufrió una parálisis facial y se ve un poco mas vieja, ella engordó un poco. Cuando le comenté a la primera que estaba retomando mi afición por la costura y necesitaba material para un juguetito, me dijo que ya casi nadie cose y que nadie hace manualidades. Le dije que la reconocía de hacía tantisimo tiempo y le dio mucho gusto. Nos despedimos deseándole yo su bienestar y ella, suerte en mi tarea.
No puedo dejar de sentir nostalgia por lo que ya se fue. Por lo que un día tuvimos y ahora ya no existe. ¿Tendremos que olvidar lo perdido?

sábado, 24 de julio de 2010

cincuenta cuerpos humanos

¿Cómo puede alguien ir a enterrar mas de cincuenta cuerpos humanos, incinerarlos, balearlos, torturarlos, sin que nadie se de cuenta? En el mismo sitio. En menos de quince días. Hace quince días, aquí, en ese lugar, estaba lloviendo torrencialmente. ¿Cómo le hicieron?

A ver… (el tono es de total incredulidad). Esto, no es posible.
Estamos siendo testigos de la peor de las pesadillas que muchos escritores han fabulado. La historia nos ha dado ejemplos terribles de masacres, pero todo apunta a que en poco tiempo, se verán opacados con las muestras de crueldad y saña con que se libra esta guerra, la mal llamada guerra contra el narcotráfico.
Y aunque parece que no se sabe quien trae la batuta en esta sinfonía aparentemente sin ton ni son, el panorama es muy claro para los estudiosos del tema. Las fuerzas del orden que fueron creadas para resguardarlo, son cómplices de los que han dado en denominar malitos. La corrupción campea en todos y cada uno de los cuerpos de seguridad.

Hay indicadores claros de que el principal motor del narcotráfico es el lavado de dinero. Los expertos, como Edgardo Buscaglia, dicen que una de las medidas que realmente combatirían al narco, es la investigación de la procedencia de fondos en muchas y variadas empresas. El considera que nuestro país cuenta con la plataforma fiscal necesaria para rastrear el movimiento de dinero. Y ha ilustrado claramente como en otros países este mecanismo ha dado resultados.
Pero una de las consecuencias inmediatas es la demostración de la capacidad de corrupción que tiene el narco, y es evidente que muchos funcionarios públicos, civiles, militares, de la armada, de todos los confines del país, serían evidenciados. Nos faltarían cárceles para tanta gente. ¿Leyes? Hasta una agencia de investigación de los Estados Unidos puso en claro cómo es que quienes son denunciados, aprehendidos y encarcelados, gracias a los procedimientos legales o ilegales, a los resquicios de las leyes y la injusticia y corruptelas que padecemos, vuelven a la vida social como si cualquier cosa. Y no digamos la parcialidad de los mas encumbrados órganos encomendados a impartir justicia. Ni saben lo que es, a la vista de un buen fajo de billetes. No importa que sean verdes.

No me digan que no están asustados con el hallazgo de las fosas clandestinas en Juarez, N.L., a una orillita de la autopista a Reynosa. Cuando escucho a algunas voces describir el macabro hallazgo, la descripción de los tatuajes de los cuerpos humanos, me invade una especie de tristeza, desesperación, melancolía… creo que esto no solo no tiene remedio, sino que de facto, nos estamos impresionando o espantando, algunos se estarán acostumbrando, otros mas serán incrédulos, pero como decía aquel viejito: ya no fue bueno. Ya no vamos a quedar buenos (de juicio, de razonamiento) después de todo este sainete: tiros de gracia, decapitados, levantados, secuestrados, torturados, quemados vivos o muertos, entambados en ácidos.
Y eso, quienes queden vivos, porque a este paso, veinticincomil serán pocos.
Qué les gusta como pronóstico? Siendo conservadora, pronostico una tercera parte de la población. Entre los que se pelean entre sí, los que son “combatidos”, los llamados daños colaterales, todo es suma de bajas.

A ver quienes quedan para dar cuenta de la nueva y diferente sociedad que se tendrá que construir. Empecemos a diseñar la utopia. De otra forma no podremos ni siquiera continuar.

lunes, 5 de julio de 2010

Recuento de los daños

Aferrarse a las cosas detenidas

es ausentarse un poco de la vida.

La vida que es tan corta al parecer

cuando se han hecho cosas sin querer.

Pablo Milanés

Los daños materiales generan daños emocionales.

Después de una pérdida, los seres humanos, acostumbrados a generar apegos, sufrimos lo que se conoce como duelo, descrito por algunas teorías psicológicas. Y vivir un duelo no es sencillo. Porque en el duelo, duele.

En medio de la destrucción de las vialidades, casas, parques, cuando una gran cantidad de regiomontanos sufren la pérdida de sus propiedades, mientras aún no nos reponemos del asombro-susto-miedo-pasmo-indignación-impotencia del paso del huracán, los medios de comunicación y el discurso oficial casi de inmediato adoptan la bandera del reconstruccionismo positivo: lo vamos a levantar mejor, se necesitan tantos y cuantos millones de pesos, los regiomontanos somos grandes, trabajadores, vamos a poder con esto y nos vamos a recuperar: ánimo.

Si algo campea en el imaginario social, hoy, es el fantasma de la destrucción. He sabido de casos en los que hoy, la casa esta semi-sepultada por lodo y piedras, y no aceptan ni salir de ella ni que alguien les ayude. Casos donde no tienen servicios públicos y aún así, la gente prefiere quedarse “a cuidar las cosas”. Una joven señora estuvo sumamente preocupada porque al irse la luz, la alarma de la casa no estaría activada, y empezó a temblar de miedo ante la posibilidad de ser robada. Vive a 50 metros del río La Silla, aunque en alto, le tocó vivir en el lado afortunado.

Momentos como este sirven para reflexionar en varios sentidos, me parece que el primero es la insensatez de construir donde no es conveniente ni geológica ni hidrológicamente. La voracidad de los constructores, ha impulsado fraccionamientos fuera de toda lógica. En cauces de ríos, en la montaña. Hay cientos de fraccionamientos en Nuevo León donde han cambiado el cauce de los arroyos, que no saben de modificaciones, el agua simplemente sigue su curso, si le atraviesas autopistas, casas o calles, el agua no respeta obstáculos. El agua cobra la factura mas tarde o mas temprano. La pretensión de tener una casa non plus ultra, ha llevado a algunas personas a imaginarla, diseñarla, desarrollarla y tenerla, aunque no coincida ni armonice con el medio ambiente, para eso es el dinero, ¿que no? En esta ciudad, y en muchas otras, no tenemos la exclusividad de la sinrazón.

Otro aspecto que vale la pena repensar es este asunto de los apegos. Y no pretendo filosofar ni psicologizar. Simplemente, tratar de cuestionar cómo, en pleno siglo XXI, cuando tenemos ya bastante claro que de pan no se vive solamente, nos enamoramos perdidamente de una persona, de una taza o de una calle, de una casa, asignamos valores altísimos a los objetos y a los sujetos objetivados y cuando los perdemos, zaz! A sufrir se ha dicho.

Tampoco pretendo dar lecciones de desapego, pero vale la pena preguntarnos para qué queremos tanto al carro, la casa más bonita (que la de los demás, claro), las joyas mas ostentosas, todo lo mas in, todo lo que se vea y reluzca mas. ¿Qué tanta satisfacción genera la posesión de los objetos? Tampoco quiero decir que no nos enamoremos, pero un apego enfermizo entre las personas, no es tan recomendable. Las posesiones no deberían incluir la vida de los demás.

Ahora, en la inmediatez de los estragos del fenómeno mal llamado natural, llamado huracán, llamado Alex, habrá que dar apoyo psicológico a quienes todo lo perdieron. También a quienes perdimos una parte importante de nuestra ciudad, que somos todos los regiomontanos, muchos nuevoleoneses. Y no bastarán palmaditas en el hombro. Por primera vez, las autoridades tienen el acierto de dar por terminado el ciclo escolar. Ni zapatos les quedaron a algunos como para poder ir a la escuela. Ni donde vivir. Sería bueno que también impulsaran campañas de apoyo a la ciudadanía. Ahora, aunque suene plañidero, hay que solidarizarnos. Pasar el trago amargo del duelo, de las pérdidas, en compañía, pongámonos a reparar las alas del colibrí como si fuéramos seres humanos pensantes.

viernes, 18 de junio de 2010

Encarnación

Mi padre murió cuando yo tenía apenas 25 años, ya había nacido Lucinda, mi hija, y Diego tenía 7 meses.
El golpe fue devastador. Tardé mucho tiempo para recuperarme. Después de muchos meses, estando en su casa, su agradable olor que mezclaba madera, tabaco, cerveza, su propio olor y colonia Old Spice seguía rondando. A la hora en que regresaba del trabajo, yo "oía" sus pasos, y su inigualable voz creía escuchar.
Aunque él me duró poco tiempo, su influencia fue tan poderosa, que hoy es día que Ricardo, mi rey chichimeca, me reclama que en medio de un enojo de esos borrascosos, le dije que NUNCA se comparara con mi padre, que JAMÁS sería como él. Y bueno, viéndolo bien y despacio, pues eso es verdad para cualquiera.
El padre es el padre.
A mí me tocó un padre viejo, cuando yo nací el tenía casi 50 años. Para una niñita, esos son muchos años. Dicen mis hermanas que con ellas fue muy áspero, adusto, que fue implacable con ellas. Mi padre fue un padre que si bien no era cariñoso, tenía palabras tan ciertas y puntuales que, cuando eran favorables, te llenaban de satisfacción, y cuando eran censoras te anulaban. A cambio de un padre juguetón, tuve un padre inteligente, creativo, tuve un padre lector que recorrió el mundo a través de las letras. Por él, conocí París, Rusia, Alemania, América del Sur, Oriente, conocí la nieve, supe de las pasiones humanas, del dolor, de las maravillas de la naturaleza, de la cocina internacional, supe del dibujo y de la carpintería.
Mis mejores años los pasé de la mano de papá. Y si no me llevaba de la mano, me decía que él caminaría delante mío para ¨espantar a las víboras¨. Los domingos por la tarde me llevaba a una refresquería llamada El Paseo, y pedía una nieve de chocolate para mí y una cerveza para él. Nos tomábamos dos cada uno, sin hablar casi, y regresábamos a la casa. Y vaya que era un verdadero placer salir con él. Ahora entiendo mi preferencia por los hombres que hablan poco. Aunque los que hablan mucho también, vaya.
En un tiempo me dió por estudiar pintura, como a los once años. Papá me envió inmediatamente a comprar materiales, allá voy a la Casa Brunell, en camión, sola. Me construyó un cajón de madera para mis pinceles, mi tabla, mis pinturas. Nunca dijo que mis creaciones fueran dignas del Louvre, pero las colgó en la casa. Que se vieran. Luego me dió por estudiar inglés, pues al Insitituto. Siempre apoyó mis iniciativas, y creyó en mí como buena portadora de su apellido. Me decía: "bien haya mi hija que no es tonta". Uy, eso ya era lo máximo como cumplido.
De él aprendí a ser soberbia, orgullosa, le aprendí la palabra precisa, terminante. De él aprendí el sabor de la cerveza, creo que le heredé el gen afecto al alcohol. Le heredé los pies flacos. Le heredé los ojos grandes y su color. Le heredé el mal genio, dicen. Yo creo que es imitación, no herencia.
Ahora que han pasado tantos años y que Don Chon ya no está con nosotros, me pregunto qué hubiera pensado papá de lo que estamos viviendo ahora. Y veo que ha sido mejor que ni él ni mamá hayan tenido que pasar por la desgracia de ver tantos muertos, tanta violencia, tanta ineptitud para manejar el país. Se hubiera fastidiado de tanto muerto. Al principio hubiera dicho algo así como : ¿mataron a dos? qué bueno. ¿Mataron a 10?, qué bueno, pero al llegar a 77 muertos diarios, papá ya se habría cansado de tanto celebrar los muertos, y ya no diría nada. Ni siquiera diría : son pendejos.




domingo, 13 de junio de 2010

Máquina de coser

Hace muchos, pero muchos años yo cosía. Hacía especialmente ropa para lu, mi hijita pequeñita. Nunca le acabaron de gustar los vestidos que yo le hice, no sé si eran muy calurosos, no se si ella era muy práctica, no sé.
Yo de todas maneras cosía y cosía. Mi primer vestido fue uno negro, halter, largo. No tendría ni 17 años cuando lo hice. La gente no me creía que yo misma, que yo mismísima lo hice con mis manitas.
Hice faldas, blusas, un saco blazer de mezclilla, setentero, tipo patchwork, hice fundas, sabanas, hice secadores, hice cuanta cosa se me ocurrió. Un día se me agotó la paciencia, un día ya no tuve tiempo, y dejé de coser.
Esporádicamente hacía algo. Recuerdo cuando mamá y yo hicimos un delantal. Las dos nos reímos hasta que se nos salieron las lágrimas porque el delantal me quedó "esgado". Ricardo dice que se debe decir sesgado, pero cuando es un asunto de costura, así, caserón, para nosotras es esgado y punto.
En fin, que ahora dispongo de un poco de tiempo y he retomado la costura. Solo he hecho dos cosas, una es una bolsita, con zipper, y la otra es un juguetito para Manuela, un elefantito.
Vamos a ir a Chicago a conocer a Manuela, por eso le hice el elefante. Nos iremos el sabado 19 y la voy a abrazar y a olisquear, seguro huele rico... me encanta como huelen los bebés, en su cuellito se guarda un olor infinitamente vívido... infinitamente amoroso..


domingo, 21 de marzo de 2010

veamos... situación numero 1:
el llega, ella está descuidada... él le regala un montón de flores

situación nímero 2:
él llega, ella le da unas bofetadas, él la mata

situación numero 3:
él llega, ella está con otro, él se sienta tranquilamente y se pone a comer una sopa