lunes, 19 de marzo de 2012

Tatuajes

Los prejuicios que me habían enseñado, me decían que no era bueno tatuarse. Que nomás los vagos, los borrachos, las guercas locas se tatuaban. La gente que se droga. Para los marineros o los presos eran los tatuajes. Eso no es cierto y para mí,  tienen un raro encanto, me seducen y siempre había querido uno. Ya tengo dos. ya el mundo puede hacer sus juicios, sus conjeturas, no me había de morir con las ganas de estar decorada.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Rufus y el llamado de la selva


Hoy me dí cuenta de que mi perro es una fiera.
Como nació en casa y es tan noble, tranquilo y hasta obediente, le había hecho confianza y pensaba que estábamos aprendiendo uno y otra. Salíamos a correr tres veces por semana. Él, libre, sin correa, corriendo a un lado mío mientras yo voy en bicicleta. Y hoy hizo algo que realmente me horrorizó.
Ibamos corriendo, él, Xalli la snauzer y yo.
En una calle hay un jardín de niños mal puesto en una casa, sacan a los niños y a las niñas a la calle y ahí hacen rondas, porque en esa casa no hay espacio suficiente para esas actividades. Los dos perros se desvían en cada calle y van y olisquean un poco, yo continúo y me siguen al instante.
En esta esquina no fue diferente, aunque pensé que ojalá que no se fueran a asustar los niños, porque el perro en realidad es muy grande y la gente a veces se asusta.
Xalli me siguió pero Rufus ya no, y me regresé y lo ví corriendo al lado contrario y llevaba algo en el hocico. Pensé: les quitó algo a los niños... me acerqué y les pregunté a las maestras que qué llevaba Rufus y me dijeron: una gallina..... ups!!!

Traté de alcanzarlo pero una camioneta se me emparejó y un señor me dijo: ¿ya vió lo que hizo su perro? le dije, pues no he visto pero me dijeron que se llevó una gallina, y me dijo, era un gallo de pelea y era mío...
Le dije, pues deténgase y si quiere le pago el gallo... me dijo, pues vamos a ver ¿donde está el perro? como si yo supiera.... continuamos hacia la casa y ahí estaba Rufus en la puerta y el gallo en el suelo. Le dije, pues vamos, qué hacemos? el hombre agarró algo como -no alcancé a ver bien- como un palo y me dijo, pues usted se lo quita, a usted le tiene que obedecer...
Llegué y regañé a Rufus y le dije, ¿qué hiciste? eso está mal... él se fué a la casa de enseguida y le llamé y le dije: ven para acá... vino y entró a la casa, y lo encerré.
Regresé con el señor y le dije, bueno, pues le pido una disculpa y digame cuanto le debo y por favor levante el gallo... él levantó el gallo y lo puso en su camioneta. Pensé: pobre.
Me dijo pues deme 300 pesos. Uf, pensé, eso no es nada y se los doy y me lo quito de encima y ya...
corrí a la casa y le llevé 290, porque me faltaban 10 pesos... le dije, no completo... me dijo, no hay problema...  sinceramente pensé que me iba a cobrar al menos unos dos mil pesos... si era gallo de pelea... son caros... le dije que yo sabía que con eso no pagaba el gallo y que realmente me disculpaba y que lo sentía mucho.
Cuando le pregunté que como mató al gallo, me dijo: fué un DESCUIDO, dejé abierta la reja de la casa y su perro se metió a MI casa y abrió la puerta del gallinero y lo sacó.
Me tiró todo un rollo: que gracias a dios que no les hizo algo a los niños y que bla bla bla
y me dijo que me aceptaba el dinero con la condición de que nunca NUNCA volviera a traer suelto al perro... y ahí ya le dije no, NO, yo no le puedo prometer eso, porque el perro tiene que salir y finalmente este no es lugar para tener gallos de pelea.
El hombre me dijo algo que fue peor que la afirmación de la idea de que Rufus finalmente es una fiera y su instinto le lleva a matar, porque dijo: usted es una buena persona pero yo me he dado cuenta de que yo no soy una buena persona, porque he matado perros. Si me matan un gallo, yo mato a los perros y me mostró un machete, ahí me dí cuenta de que no era un palo, era un machete!
Le pregunté que si me estaba amenazando, me dijo NO. Le dije: va a venir a matarme al perro? me dijo: NO.
En fin, ahora tendremos más cuidado con Rufus y ya no podrá andar suelto, andará con correa de nuevo... vamos para atrás por culpa del descuido del dueño del gallo.
Rufus ha estado todo el día como asustado y regañado, se va al fondo del pasillo y ahí se echa.
Por una parte me da miedo que vuelva a matar y por otra me da gusto que su instinto animal siga vivo.
¿Qué sería de los animales sin instintos? Serían falsos, convencionales, civilizados y socializados como los seres humanos-inhumanos... al menos Rufus mató al gallo y me lo trajo a la casa, todo indica que es "responsable" de su acción, en su afán de matar al gallo tal vez hasta esperaba que yo lo premiara.... ¿por qué cuando ha matado ratones le hago toda una fiesta y ahora no?
Por otra parte, los animales que no tienen hambre matan y dejan la presa, pero los "humanos" que andan matando y se andan matando aquí afuera?