miércoles, 30 de noviembre de 2011

BODA

A principios del 2011 mi hija anunció que se casaba, pero no fué sino hasta agosto en que ella y su novio iniciaron los trámites para la boda. No podría precisar cuántos detalles cuidaron los dos, pero la ceremonia civil estuvo muy bonita, cada momento fué realmente especial. Para llegar a esa fecha, pasaron largos ciento veintitantos días donde no había consulta, pregunta o advertencia respecto a la boda. Yo ayudé en todo lo que Lucinda me pidió, y si más hubiera solicitado, más habría dado. En el inter, hicimos una merienda en la casa de mi gran amiga Nora, fuimos en petit comité las amigas mas cercanas, mis hermanas Beatriz y Aurora y yo. Después hicimos una despedida grande, en el restaurante del museo Marco, con muchas amigas. Tuvimos una bella mesa de postres, regalo de Ana María, la mamá del novio. Lucinda y Lalo decidieron que la boda sería en un jardín, que tiene unos árboles centenarios, corre un riachuelito en el centro y acomodaron un lindo puente que lo cruza. Muchas flores y como marco de la ceremonia, una barda cubierta con enredaderas. Le acomodaron unas rosas blancas, muy precioso el lugar. Primero, a las 12 del mediodía, llegó la jueza y les preguntó si realmente querían casarse, si iban por su propia voluntad. Les habló muy pero muy bonito. Les dirigió un trocito de un poema de Jaime Sabines y posteriormente leyó otro trocito que Lucinda eligió, también de él. "¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, mi es poco, es bastante. En una semana se pueden reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero"." ¿no es hermoso? Ella llamó a los padres del novio y a Ricardo y a mí, firmamos las actas, que fueron 4, y nos felicitó a todos, nos tomamos una foto familiar, los que firmamos, mis hijos, la hermana de Lalo, su esposo y sus hijos. Después pasamos a un brindis, brindamos por la felicidad de los novios. Luego pasamos a tomar unos martinis, aceitunas, queso y cerezas. Luego nos pidieron que pasaramos a la mesa que nos tocaba, yo me sentía muy orgullosa de decir: "soy la mamá de la novia" llegamos a la mesa principal, con 12 sillas. Nos sentamos como quisimos, a un lado de la novia nosotros y a un lado del novio sus papás, hermana, cuñado y niños. También estuvo Nadia y Manuel con Manuelita en esta mesa. Nos dieron de comer una entrada de queso bañada con tres salsitas diferentes sobre unas galletas saladas. Después vino una crema muy rica, posteriormente un plato con filete de res bañado con una salsa de chipotle y ave en salsa de mostaza. Arroz y unas verduritas finamente cortadas. De postre un helado sobre chongos zamoranos, yo estuve tomando cerveza, había Tecate y Stella Artois. Tomé de las dos, para no ser excluyente. Durante la comida, la selección musical estuvo a cargo de Lucinda, y después de la comida, Lalo y ella bailaron LOVE, interpretada por Nat King Cole, muy bonito!!! Después yo bailé con Lalo y Ricardo con mi hija. Este momento fué muy lindo, y a pesar de que no somos bailarines profesionales ninguno, nos salió muy bonito y Lucinda le dijo a Ricardo que ya habían inventado un paso nuevo. Luego Lalo bailó con su mamá y el papá con mi hija. Luego bailamos las tres parejas. Después todo el mundo subió a bailar y nos divertimos hasta las 8 de la noche. Nos fuimos corriendo a dejar a Manuela, Beatriz y Aurora a la Linda Vista. Llegamos a la casa de Lucinda justo con los músicos norteños, el menudo, las sillas y mesas y un aironazo que se soltó en ese momento. Nos pusimos a cantar, a bailar y a tomar más cerveza y a comer menudo. Fueron mis grandes amigas, los grandes amigos de Lalo y los grandes amigos de Lucinda. Llegaron los papás de Lalo y estuvieron un rato, nosotros nos quedamos hasta las dos de la mañana y creo que nos fuimos porque ya era muy tarde, todos y todas estábamos ya muy cansados. Lucinda y Eduardo salieron de viaje en la madrugada, nosotros nos quedamos en la cama hasta muy tarde, por la noche fuí a ver a mis hermanas y sobrinas, me despedí de ellas porque regresaban a México y NY al siguiente día. Mi hija me llamó por teléfono desde Tokyo ayer y está muy contenta comiendo en los restaurantes sin zapatos, dice que las tiendas son "raras" y esperamos verles de regreso felices y contentos.