Pero llega Brenda con toda su arrogancia por la vida, con toda su sencillez y con su niño en los brazos y me pide que testifique. No lo van a bautizar, em dice, entonces quiere que yo sea digamos en nuestros términos poco religiosos, pues la madrina.
Soy su madrina aunque no me hago mucho cargo de el.
Ahora ha nacido Tamara y hace un momento me dice Brenda que la niña no tiene nombre esperando que vayamos a registrarla.
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