viernes, 25 de mayo de 2012

LA PRIMAVERA MEXICANA



Para Alexis

El estudiantado mexicano, en un movimiento organizado a través de redes sociales, movimiento que la sociedad no esperaba, se manifiesta hoy, se expresa exigiendo transparencia y exigiendo la Verdad a los medios de comunicación y al Estado.
Los antecedentes son muchos: la organización de un debate entre los candidatos y la candidata a la presidencia por demás absurdo, cerrado, con preguntas entregadas anticipadamente y matizado por dos eventos: la transmisión de TV Azteca de un partido de futbol de un campeonato de liguilla a la misma hora, y la presencia de una playmate oficiando de edecán en el mismo.
La preferencia por el candidato Peña Nieto en las televisoras, el duopolio informativo Televisa-TV Azteca para manipular la información, privilegiándolo en transmisiones y en falsas encuestas o encuestas sesgadas, para aparentar que posee preferencias electorales mayoritarias.
Los eventos que se generaron en la Universidad Iberoamericana y en el Tecnológico de Monterrey y que dieron cuenta, en el primero, de que Peña Nieto no solamente fue defenestrado por las y los estudiantes de esa casa de estudios, quienes están dando una gran lección  a quienes pensaban que todos ellos eran como el Pirrurris; y en el Tec, cuando se presentó López Obrador y casi fue levantado en hombros a la voz unánime de Pre-si-den-te, Pre-si-den-te, mostrando su preferencia electoral. Otro evento de menor importancia, pero que definitivamente también deja huella, es el comentario que hizo Josefina Vázquez Mota sobre su formación académica, cuando dijo que nadie es perfecto, porque estudió economía en la Ibero.
La UANL está tomando una actitud de cerrazón ante las solicitudes estudiantiles de escuchar en casa a los candidatos y la candidata, excediendo la mesura que más que eso, parece miedo de la institución al cuestionamiento y la crítica.
Los eventos de la Ibero y del Tec provocaron la furia de Televisa, que al momento increparon sobre el origen de las rechiflas dirigidas a Peña y decretaron que no eran estudiantes y que solo fueron 131 personas, que se infiltraron. En el caso del Tec, dijeron que solo fueron  unos cuantos revoltosos y también que no eran estudiantes. Así es como descalifica la prensa oficial el criterio y la expresión de la juventud mexicana.
Televisa, en su ira, publicó un desplegado contra la periodista Carmen Aristegui, acusándola de recibir pagos de parte de Carlos Slim para hablar en contra de su candidato, por comunicar todas las erratas que éste va exhibiendo a su paso, con la firme intención de confundir al electorado, diciendo que ella era una mentirosa.
No se puede ignorar a un sector tan importante como es la juventud. No se le puede descuidar de esta manera. Los estudiantes no son idiotas, no son los manipulables que se imaginaron, sino personas pensantes que están hartas de las condiciones que, a su corta edad, han tenido que sobrellevar. La violencia les ha secuestrado, matado o desaparecido a compañeros y familiares. Sus vidas se han transformado. Sus expectativas ante la falta de oferta laboral y, en muchos casos, de oferta educativa, representan el futuro que les espera, y lo saben.
Los jóvenes que hoy pueden votar y que hace seis años vieron cómo sus mayores libraban una frustrante defensa del voto robado, del voto truqueado por la oligarquía, que atestiguaron campañas de terror contra la izquierda mexicana, que observaron cómo nuestro país se dividía en dos por unas elecciones para la presidencia totalmente manipuladas por una institución en la que habíamos depositado nuestra confianza, el IFE, hoy exigen limpieza y transparencia.
En nutridas manifestaciones, en diferentes ciudades, con pancartas que mueven y conmueven por su expresión dulce, poética y firme como: “Los estaba esperando, qué bueno que ya llegaron. Atte, El País”, con sus voces decididas y nuevas, las y los estudiantes nos exigen hoy: certeza, claridad, honestidad, en resumen, nos exigen La Verdad.
La campaña se denomina Yo soy 132, en clara solidaridad entre Universitarios que hoy, ante condiciones tan difíciles como las que ven en sus horizontes, ha roto las barreras que los prejuicios sociales habían erigido entre escuelas públicas y privadas, les ha llevado a hermanarse para exigir la conformación de un ómbudsman informativo, que el siguiente debate se transmita por cadena nacional, que el duopolio deje de mentir y además, ante la desconfianza que este duopolio les genera, decretan que se van a expresar por las redes sociales.
Critican la actuación de las televisoras y exigen un código de ética de quienes se dedican a transmitir información, a periodistas y comunicadores, a los capitalistas que lucran con las cadenas televisoras.
Son ellos y ellas quienes hoy, enarbolan las banderas de la democracia.
Quienes durante nuestra propia juventud albergamos esperanzas de un mejor país,  quienes luchamos y nos manifestamos en nuestro momento, quienes vivimos de cerca el terror de la guerra fría, quienes vivieron la persecución, la desaparición y el encarcelamiento de estudiantes que participaron en  los movimientos del 68 y posteriores, aplaudimos los actuales movimientos estudiantiles y juveniles. Nos conmueve hasta las lágrimas ver cómo ahora nuestros hijos son quienes toman la estafeta de la defensa de la ciudadanía y de sus derechos, y deseamos que sean escuchados y logren mantener viva esa esperanza.
¡Que vivan los estudiantes!