viernes, 29 de abril de 2011

Volver

Y no precisamente con la frente marchita, sino con la frente en alto y con la sensación de poder gozar aún -un poco- de nuestro derecho a transitar libremente por el país.

El detalle del viaje será a pedazos, pero baste decir que regresamos bien, descansados de esta cotidianidad, cansados de tanto trotear.... con los ojos llenos de cantera rosa, gris, blanca....

Lo más inmediato:

En la carretera de Guajanuato a San Luis, un contingente (¿regimiento?) de aproximadamente 30 vehículos militares, desde jeeps hasta trailers, uno de ellos, con plataforma, cargaba un avioncito.... todo en verde militar, claro....

¿a dónde van, hijos de la chingada?

YA DÉJENOS EN PAZ!

BASTA DE SANGRE.... ¿no entienden?

de Matehuala hacia Nuevo León, otro contingente como de 20 vehículos, mas culos que vehí....

viernes, 22 de abril de 2011

por si acaso yo muero en campaña...



con motivo de la semana santa, mando este video con Sissel, de hermosa voz

me voy a Guanajuato y como dice la canción: "y si acaso yo muero en campaña y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita por Dios te lo ruego..."

yo quisiera que me cremaran cuando muera, ojalá que no tengan que hacerlo en esta ocasión...

a como están las cosas en este país malgobernado por la derecha insensible y piorgobernado por la violencia y la falta de códigos de honor en esta cruenta guerra, no sabes nunca si podrás regresar...

por eso, si me fuí para siempre, quedará este texto con un mensaje de paz, esperando que los diez años que tiene como pronóstico esta masacre pasen pronto y pueda la gente volver a vivir.

porque como ahora vivimos no es vida.

por el momento dejo mi ternura y mi cariño en un hilo.

Prometo que si no me pasa algo, regreso

martes, 19 de abril de 2011

semana santa

Dice la autoridad que está cuidando a la ciudadanía. Y para eso mandaron a la marina, al ejército, policía federal y todo lo que se les ha ocurrido.
Es evidente que eso no garantiza en absoluto nuestra seguridad. Y preferimos retar al destino. Si el destino hoy es tan incierto, si yendo al súper, al trabajo o a la escuela te pueden matar, pues no nos queda mas remedio que aventurarnos y lanzarnos por alguna carretera, tentando a la suerte, no vamos a pasar las pocas vacaciones que tenemos encerrados, enterrados vivos con miedo.
Y allá te voy, destino: Reynosa. Desde que sales, guardas en tus pantalones “cargo” las llaves de la casa, los pasaportes, las tarjetas de crédito, resuelto a pensar que si te quitan el coche, de perdido tendrás con qué identificarte y entrar a tu casa.
Primer escollo salvado: Benito Juárez, sin -absolutamente- ningún policía, ningún agente de tránsito y para nuestra suerte, ninguna camioneta con vidrios polarizados a la hora de cargar gasolina en una tienda que parece ya de inconveniencia saliendo de la zona metropolitana.
Segundo escollo salvado: Cadereyta. Con todo lo que siempre se ha dicho de ese poblado, con sus columpios tradicionales y la locura que aseguran ahí impera, además obviamente de la violencia galopante, pasamos la segunda prueba.
Carretera: una patrulla, dos patrullas, tres patrullas, cuatro patrullas… puedes seguir contando y llegan hasta 15. No más. ¿nos están cuidando? Eso no se puede asegurar jamás. Pero ahí van. Por el lado contrario, por tu propio sendero… más patrullitas.
Llegas a Los Ramones, tercer escollo. Patricio, un amigo mío me explicó que no eran los Ramones sino debería ser los Ramón, como si yo soy Rodríguez, y mis hermanos y yo no somos los rodriguezes, sino los Rodríguez, en fin, llegas ahí y no puedes asegurar que el miedo ya pasó. No. Sigue latente y cuando logras pasar el entronque, respiras con un poco de alivio. Ya sigue China. ¿Alivio? Están Los Ahijados, que seguramente lo son de algún muy pesado Padrino, que ayuda a conservar el sitio incólume, a pesar de antiguas balaceras y granadazos.
Cuando ya pasaste China y Bravo, sientes que tu meta está próxima. Ya se empiezan a ver las estaciones de PEMEX y se avizora la ciudad a la que vas. Ay carreterita, cuando te vas a terminar. Por fin llegas a tu destino y puedes, ahora sí, lanzar un hondo suspiro: llegaste. Con bien. ¿cuándo antes tuviste que preocuparte por algo que no fuera el buen estado de tu coche o el nivel adecuado del tanque de gasolina?
Pues ahora es un verdadero reto viajar por carretera, y cuando logras hacerlo en tu coche, con tu familia o amistades, sientes que has logrado lo que poca gente: ni te asaltaron, ni te secuestraron a algún acompañante, ni violaron a nadie, ni te quitaron el auto, y después de todo ese susidio, decides tomarte una bien helada, porque tantísimo estrés de la carretera te ha dejado sin aliento.

viernes, 8 de abril de 2011

ACERCARSE AL GÉNERO

Hay diferentes caminos de acercarse al concepto de género: puedes ir desde la teoría, puedes ir desde la suspicacia, pudes llegar de todas maneras, aunque tu llegada no tenga coherencia. Sin una conciencia feminista, sin la internalización de la perspectiva de género, lo demás son pendejadas.
Pero hay quienes llegan al concepto desde la victimización.
Lo que escuché no fue una conferencia, sino una arenga.
Arengar no es malo si es una arenga estructurada, lógica, con significados...pero esta no lo fue.

Iniciar desde la victimización: se me murió un hijo, estuve paralítica.
Mover a la compasión por tí, porque se te murió un hijo y después arengar en nombre de la no violencia diciendo que lo mas sagrado de las mujeres es la maternidad, que esta maternidad es una compasión por los hombres violentos y que para aprender a matar, los hombres tienen que desprenderse de su madre.
Que la doncellez es el periodo de la vida mas hermoso porque llegas a la menstruación y que eso hay que honrarlo, sacratizarlo, que el pubis es sagrado y que no se toca.

Encuentro además una seria incongruencia y contradicción entre el no tocar el pubis y el placer femenino. Si no se toca está en chino gozar. Además de la marginación de las mujeres que no dan a luz un hijo en toda su vida, y cito a Marcela Lagarde en Los Cautiverios de las Mujeres: somos madresposas.
En fin... las incoherencias sobraron: desde la física cuántica y el orden del Universo hasta no comer carne porque nosequé, desde la influencia de la luna hasta los disfraces de maripositas de las doncellitas... desde sostener que básica y fundamentalmente las mujeres nacimos para parir y en la maternidad está nuestra razón de ser.

Y lo que la "conferencista" amante de la luz, de la espiritualidad, de la luna, de las diosas, de las doncellas, de las boberías y de las incongruencias piensa que es el colmo de sus dichos es afirmar que: "si trabajas, es preferible tener un jefe hombre a una jefa mujer", no, señora, eso no es el colmo de sus dichos: todo el conjunto es una sarta de pendejadas, de las cuales no tengo la menor duda que tenga montones de seguidores y seguidoras en el mundo. Lo que escasea hoy en día es una mente lúcida, exigente, clara, no una gurucilla barata que encandila con palabras conmovedoras y ensalza las ya superadas asignaciones sociales del género femenino.

Que tengan un presupuesto para gastar en un programa destinado a prevenir la violencia contra las mujeres no significa malgastarlo en loqueseteocurra, sin un propósito claro y una dirección adecuada, lo único que se logra es eso, gastar el dinero. Llevar a un policía para que te hable de prevención de violencia, hoy, es de lo más cínico que he testificado. Lo primero son las declaraciones que día con día hace Felipe Calderón.

Para apoyar al magisterio en la adquisición de la perspectiva de género se necesita un poquitín más que una cantidad de dinero para dilapidar.

Se necesita inteligencia.

miércoles, 6 de abril de 2011

Carta del poeta Javier Sicilia

El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.


No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre.


Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia.


De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido.


Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserables Sonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.


Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generando nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia.


No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos.


Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.


Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país.

Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.

viernes, 1 de abril de 2011

dos medios hermanos


Rufus nació aquí en la casa, en la lavandería. Hijo de Dalia, la bella, y de Skippy, los dos muertos ya. Rufus huérfano, siempre ha sido el niño de mamá. Desde pequeñito hizo lo que le dio la gana.
Si salíamos a pasear, el perro a jalonear, a caminar donde le daba la gana....
El trabajo nos absorbió y no pudimos pasear por mucho tiempo, Rufus se veía fastidiado, cansado, a veces dejaba de comer.... objeto que llegaba a sus -patas-hocico-, era destruido.
Llegó Xalli la vagabunda, la del pasado desconocido, la pequeña y bravía snauzer encontrada al garete en una escuela de un pueblito.
Tuvieron un proceso de adaptación de aproximadamente dos meses... aprendieron a quererse, a jugar, a compartir... Ricardo dice que Xalli es una perra evangelizadora, porque Rufus cambió mucho su conducta. Dejó de ser tan demandante, no ha dejado de romper todo, pero ahora digamos que comprende un poco mas lo que esperamos de él.
La prueba de fuego fue sacarlos a ambos a pasear. Rufus ya estaba desacostumbrado a salir y con una cadena nueva al cuello, intentó jalonearme dos veces, y fué reprendido, entonces digamos que "entendió" que no puede ir así jaloneando y en un tramo de 500 metros empiezan los dos a calmarse y a disfrutar del paseo.
Un día salimos los 4, al siguiente día solo ellos dos y yo, Ricardo estaba en el trabajo. Todo bajo control, por supuesto que a ratos tratan de entrelazar sus correas, o de cruzarse en el camino, pero la mayor parte del tiempo ya es disfrute el paseo.
Mi sobrina, la doctora Eunice, veterinaria ella, me ha aconsejado siempre acerca de lo que debo hacer para conseguir el éxito en la conducción de mis mascotas y aunque no tan rápido como yo hubiera querido, he ido logrando lo que me propongo. Gracias, Eunice.


Ella dice que el más feliz de todos es Rufus porque puede salir con toda su familia a pasear. Estoy segura de que así es.
Mis perros de tan diferente raza, un alaska y una snauzer, medios hermanos de países tan distintos, son hermanos porque son mis medioshijos, porque los hijos de a deveras son Lucinda, Diego y Alexis.